lunes, 4 de julio de 2011

"Orfanato no es una mala palabra"

"Estoy más aterrizada que nunca en mi vida", afirma Angelina Jolie. "Estoy aterrizada de una manera en la que nunca pensé que estaría, gracias a tener hijos y a crecer".

Bebiendo té en una fría tarde parisina, Jolie no se ve muy diferente de la desenfrenada muchacha hollywoodense que era no hace mucho tiempo. Con el pelo recogido hacia atrás en una cola de caballo, sus ojos, almendrados y curiosos, siguen siendo increíblemente grandes y su sonrisa se dibuja en sus célebres y carnosos labios. Un vestido ceñido de casimir gris opaco revela que todavía tiene el físico de Lara Croft, así como el estilo para llevar tacones altos grises, haciendo juego.

No obstante, a sus 35 años, la actriz insiste en que ahora ve las cosas de otra manera.

"Lo que es sorprendente es que estar aterrizada me permite ser aún más libre en la vida," comenta. "Existe un curioso mal entendido acerca de la libertad. Cuando somos jóvenes y desbocados, no tenemos mucho control sobre nuestra vida. No funcionamos desde un lugar de mucha valentía, la verdad. No se entiende la vida cuando somos jóvenes. Cuando crecemos, sin embargo, tenemos la sabiduría para abordar las grandes cuestiones de la vida".

Para Jolie, que con su compañero Brad Pitt es madre de Maddox, de nueve años, de Pax, de siete, de Zahara, de seis, de Shiloh, de cinco y de Knox Leon y Vivienne Marcheline, gemelos de dos años de edad, no hay cuestión más grande en esta vida que la maternidad.

"Es muy bueno que esté tan aterrizada", señala riendo, "pues mis hijos causan mucho caos a mi alrededor, de una manera que nunca hubiera esperado. La vida es muy plena".

Sus hijos quizá celebren el hecho de que su madre -más conocida por sus películas no precisamente destinadas para niños, en las que dominan el sexo, la violencia o una mezcla de las dos cosas- haya hecho una vez más una película que puedan ver juntos en familia: Kung Fu Panda 2. "Hacer la película fue mucho más divertido la segunda vez," señala. "Como elenco, pudimos conocernos unos a otros. Además, nuestros personajes ya tenían su historia. Fue muy divertido ponernos en sintonía y simplemente jugar".

La película quizá toque alguna fibra en el hogar de Jolie y Pitt, pues uno de sus temas principales es que Po se enfrenta al hecho de ser hijo adoptivo y su curiosidad por sus padres biológicos.

"Yo me preguntaba si mis hijos se lo cuestionarían", admite Jolie. "Pero en nuestra casa, adopción y casa natal son palabras cotidianas. Ahora bien, esas son palabras que también Po usa en su película y creo que eso es sencillamente adorable". Pax viene de Vietnam, donde vivió en el orfanato de Tam Binh, tras ser abandonado en las afueras de Ciudad Ho Chi Minh. Jolie encontró a Maddox en un orfanato de Camboya y Zahara viene de Etiopía.

"Nosotros hablamos de que las familias se forman de la manera más mágica", señala la actriz, "y hablamos de esto todo el tiempo. Mis hijos han ido conmigo a recoger a un hermano o hermana en un orfanato. En nuestra casa, la palabra orfanato no es una mala palabra, es buena".

"Yo me preguntaba si una película podría suscitar más preguntas en mis hijos", agrega, que fue a ver una de las primeras proyecciones con su prole. "A ellos les encantó. Nada sobresalió ni les molestó. Creo que es excelente. Simplemente se identificaron aún más con Po". Está encantada de participar en una película que motiva a pensar a los niños.

"En la primera película, el tema fue que uno puede ser cualquier cosa que desee, sin importar su aspecto, la impresión que cause o su origen," explica. "También les enseñó a los niños que la confianza es la mejor herramienta que podemos tener de nuestro lado. Esta segunda película toma todos estos mensajes y los aumenta. Esta trata de la familia. A fin de cuentas, la película dice lo que yo creo, que es que la familia está donde está nuestro amor en la vida. La familia es lo que nos apoya sin condiciones.

"La alegría de esta película es que les dice a los niños que no importa que hayamos tenido un inicio difícil", concluye Jolie. "No importa que hayamos pasado por muchas cosas. De todos modos podemos encontrar un destino maravilloso por nosotros mismos".

Confiesa que es fan de la animación -su favorita es Dumbo (1941)- y agrega que le encantó darle voz a la Tigresa. "Me encanta," dice simplemente. "La Tigresa es uno de los mejores personajes que he interpretado: es fuerte, inteligente, leal y centrada en su familia".

Jolie podrá estar aterrizada, pero su lado desbocado no deja de brotar, literalmente. Siempre que se mueve, deja ver uno u otro tatuaje. Tiene el signo japonés de la muerte, un dragón y una gran cruz negra. Menos provocativas, también tiene tatuadas las coordenadas de los países donde nacieron sus hijos. Francia aparece dos veces, una por Knox y otra por Viv.

La mayoría de esos tatuajes son conocidos para sus fans, debido a las miles de fotos publicadas, tomadas por los paparazzi que implacablemente siguen a la familia de Pitt y Jolie adonde quiera que vaya. Con todo, no se sabe que Jolie haya golpeado a fotógrafos, pues ahora ella se toma con filosofía su omnipresencia. "Tradicionalmente, no soy de las personas que busca más atención", revela. "Ciertamente no necesito estar en tantas fotos... pero ahí están. Es fácil pasarlas por alto".

Debut en la dirección y noches de familia

A continuación del estreno de Kung Fu Panda 2 en la agenda de la actriz viene The Land of Blood and Honey (La tierra de la sangre y la miel), programada para estrenarse este mismo año. Jolie escribió el libreto de esta película, que explora el idilio de una pareja durante la guerra de Bosnia, y también debutó como directora con ella.

"La rodamos en dos meses", precisa, "y todos trabajamos seis días a la semana. En realidad es una película independiente rodada en dos idiomas. Es una historia sorprendente y me encantó cada paso del proceso, desde recibir las tomas del día hasta la edición. Simplemente me encanta relatar buenas historias". Eso es precisamente lo que hace la mayoría de las noches: narrarle historias a sus hijos antes de que el clan se amontone en una cama grande para ver Family Guy o Animal Planet.

"Nuestras mejores noches son las que pasamos en piyama en la casa", asegura Jolie. "Hay que darse tiempo como pareja para estar juntos y relajarse. No hay nada más excitante que ver a un hombre siendo un buen padre".

Atracciones en las pantallas pero también fuera de ellas

Autoproclamada rebelde, Jolie es hija de los actores Jon Voight y Marcheline Bertrand. Su afición de juventud era coleccionar cuchillos y de niña decía a todos que pensaba ser agente de pompas fúnebres.

No fue así. A los 14 años de edad empezó a modelar y a los 16, tan pronto se graduó de la preparatoria de Beverly Hills, se hizo modelo de tiempo completo. A los 18 años debutó en un largometraje, Cyborg 2 (1995). Ganó un Oscar a la mejor actriz de reparto por Inocencia interrumpida (1999) y fue nominada al premio a la Mejor Actriz por El sustituto (2008). Entre tanto, demostró ser imán en la taquilla con películas muy comerciales pero llenas de acción, como El coleccionista de huesos (1999), Lara Croft: Tomb Raider (2001), Sr y Sra. Smith (2005), Se busca (2008) y Agente Salt (2010).

Atrajo mucha atención por su vida fuera de la pantalla, que ha estado caracterizada por matrimonios y divorcios con Jonny Lee Miller y Billy Bob Thornton, pero también ha protagonizado peleas públicas con su padre, discusiones abiertas sobre su bisexualidad y otros episodios personales. También ha realizado un trabajo muy prominente como embajadora de buena voluntad del Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados.

Fuente

Angelina Jolie nunca pensó en ser madre

La actriz Angelina Jolie, que se ocupa personalmente junto a Brad Pitt de sus seis hijos de entre nueve y dos años, tres de ellos adoptados, no pensaba que iba a tener hijos antes de salir con Pitt en 2005, que fue cuando le afloró el sentimiento maternal.

Según sus propias declaraciones: "Ha sido una de las grandes sorpresas en mi vida. De joven jamás me imaginé siendo madre, pero después surgieron esos sentimientos maternales que poco a poco se fueron haciendo más profundos cuando adoptamos por primera vez y nos fuimos a vivir juntos, lo que me hizo desear tener hijos propios".

"Realmente me siento muy satisfecha cada vez que pienso que he dado a estos niños una vida con un futuro. Una gran familia puede generar mucho caos, pero también genera una gran paz interior y eso es lo mejor del mundo. Ahora estoy menos obsesionada con la vida y soy mucho más sensible y cuidadosa", dijo la actriz.

Para poder controlar el caos en la vida familiar ambos actores se han repartido las responsabilidades con los niños. La actriz declaró en una entrevista a la revista británica OK!: "Brad siempre ha tenido una relación muy buena con Mad así que le dejo que se ocupe de los chicos y de su disciplina mientras yo intento mantener a raya a las chicas. A veces intentan enfrentarnos pero nosotros nos mantenemos firmes. Las normas son las mismas tanto si las pone mamá o papá".